Si hay algo que caracteriza a los Países Bajos en invierno es su pasión por el patinaje sobre hielo. Desde pequeños lagos congelados hasta los famosos canales, esta tradición sobre hielo no es solo un deporte: es una tradición profundamente arraigada en la cultura holandesa. Hoy quiero contarte la historia de cómo empezó todo y por qué el patinaje sigue siendo tan importante para los holandeses.
Los inicios del patinaje sobre hielo
La historia del patinaje sobre hielo en los Países Bajos se remonta a siglos atrás. Las primeras referencias datan del siglo XIII, cuando los habitantes usaban huesos de animales afilados como patines para deslizarse sobre los lagos y canales helados. En ese entonces, no era una actividad recreativa, sino una forma práctica y eficiente de moverse en invierno, cuando las aguas se congelaban y las rutas habituales quedaban bloqueadas.
Con el tiempo, los patines evolucionaron. Durante el siglo XV, empezaron a fabricarse con madera y hierro, lo que permitió un mejor control y velocidad. Este avance coincidió con los inviernos extremadamente fríos de la llamada «Pequeña Edad de Hielo» en Europa, cuando los canales y ríos de los Países Bajos se congelaban regularmente, convirtiéndolos en autopistas naturales para los patinadores.
Patinaje sobre hielo en la cultura holandesa
En los siglos XVII y XVIII, el patinaje sobre hielo comenzó a ser una actividad recreativa, especialmente durante los inviernos fríos. Incluso aparece reflejado en las famosas pinturas de la Edad de Oro holandesa, como las obras de Hendrick Avercamp, conocido por sus paisajes invernales llenos de patinadores disfrutando en los canales.
El patinaje pronto se convirtió en un símbolo de unión social. Familias enteras salían a los lagos congelados para patinar juntos, y las competiciones locales comenzaron a ganar popularidad. Esto sentó las bases para los eventos competitivos que conocemos hoy.
La Elfstedentocht: la joya del patinaje holandés
Cuando hablamos de patinaje sobre hielo en los Países Bajos, no podemos dejar de mencionar la famosa Elfstedentocht o «Carrera de las Once Ciudades». Esta maratón épica de 200 kilómetros se celebra (si las condiciones climáticas lo permiten) en la región de Frisia, donde los participantes recorren ríos y canales que conectan once ciudades históricas.
La primera Elfstedentocht oficial tuvo lugar en 1909, y desde entonces se ha celebrado en 15 ocasiones. Sin embargo, debido al cambio climático y los inviernos más cálidos, la última edición fue en 1997. Aun así, sigue siendo un evento legendario que despierta la emoción de los holandeses cada invierno.
El patinaje en la actualidad
Aunque los inviernos en los Países Bajos ya no son tan fríos como antes, la pasión por el patinaje sobre hielo sigue viva. Hoy en día, las pistas artificiales como la Jaap Edenbaan en Ámsterdam o la Thialf en Heerenveen, hogar de competiciones internacionales, permiten a los holandeses seguir disfrutando de este deporte.
Además, el patinaje artístico y el patinaje de velocidad son disciplinas en las que los Países Bajos destacan a nivel mundial. Atletas como Sven Kramer e Ireen Wüst han llevado al país a lo más alto del podio en numerosas competiciones olímpicas.
Patinar en los canales: un sueño invernal
Cuando las temperaturas bajan lo suficiente y los canales se congelan, el país entero se llena de entusiasmo. Patinar en los canales es una experiencia mágica y única. Barrios como Jordaan en Ámsterdam o los canales de Utrecht se llenan de patinadores, creando un ambiente festivo que conecta a todos, desde niños pequeños hasta abuelos nostálgicos.
En años recientes, el gobierno ha trabajado para preservar esta tradición. Por ejemplo, se vigilan los espesores del hielo para garantizar la seguridad de los patinadores, y algunas áreas restringen el tráfico de barcos para que el hielo se forme más fácilmente.
Dónde patinar sobre hielo en los Países Bajos
Si estás pensando en probar esta tradición por ti mismo, aquí te dejo algunos lugares ideales para disfrutar del patinaje:
- Canales de Ámsterdam: Si las condiciones lo permiten, deslizarse por los famosos canales de Ámsterdam es algo que nunca olvidarás.
- Kinderdijk: Patinar junto a los molinos de viento es una experiencia de postal.
- Pistas artificiales: Si no hace suficiente frío, las pistas como Jaap Edenbaan en Ámsterdam o Flevonice en Biddinghuizen son excelentes opciones.
El patinaje sobre hielo es mucho más que un deporte en los Países Bajos; es una parte fundamental de su identidad cultural. Desde los inviernos de la Edad Media hasta las modernas pistas de hielo, esta tradición ha evolucionado, pero su esencia sigue siendo la misma: disfrutar del hielo, la naturaleza y la comunidad.
Así que, si tienes la oportunidad de visitar los Países Bajos en invierno, ¡no te lo pienses dos veces! Ponte unos patines, deslízate por el hielo y conviértete en parte de esta historia centenaria.
¡Espero que este artículo te haya gustado! Si te interesa saber más sobre la historia de este país con el agua, también tienes la Un país por debajo del nivel del mar